Después de nuestra experiencia en Delhi y Kathmandu, damos comienzo a la tercera etapa de nuestro viaje, que no es ni más ni menos que Srinagar.
Srinagar es una ciudad del “ país o región “ Cachemira. Esta zona del planeta es una de las principales zonas de conflicto más peligrosas junto con la frontera de las dos Coreas. Es un histórico conflicto entre India y Paquistán por la soberanía de esta parte del mundo. Hay un dicho indio dice que “ si el paraíso existe en la tierra, este está en Cachemira “, y cuando llevas unas pocas horas empiezas a entender porque.
Adenás, en los años 90, Bill Clinton , Presidente de los EEUU, catalogó Cachemira como la zona más preligrosa del mundo. Aunque seguro que de aquella época a la actualidad, la situación ha cambiado bastante. Eso sí, cuando en el aeropuerto de Delhi nos preguntaban que donde viajábamos y les decíamos que a Srinagar, nos miraban con cara como diciendo que qué hacemos viajando a esa zona que es tan peligrosa.
Cuando por fin llegamos a Srinagar después de un vuelo de 1h 30 en el que incluso nos han dado de comer, lo primero que sorprende es la seguridad del aeropuerto. Ver varios militares fuertemente armados en el aeropuerto y sus proximidades es lo más habitual.
Una vez fuera del aeropuerto, vamos en coche hasta nuestro alojamiento, pero antes de llegar tenemos que montar en barca ya que nuestro hotel es en realidad un barco – hotel en medio del lago. Cuando estamos en la barca camino de nuestro hotel es fácil ver caras de sorpresa.
Terminada la primera visita a la casa en la que nos sentimos como Paco Martínez Soria en las películas de los años 60, y en la que nos reciben con un té de Cachemira con pastas que está realmente buenísimo, volvemos a la ciudad a visitar algunos de los jardines más bonitos de la zona. Son jardines que pueden no diferir mucho de cualquier jardín de cualquier ciudad europea, pero lo que realmente marca la diferencia es el espectacular paraje natural que rodea la zona. Al fin y al cabo, Srinagar es una ciudad de que está rodeada por montañas que superan los 3.000 metros de altura mientras que el centro está formado con un conjunto de lagos en los que es bastante fácil encontrar águilas volando a escasos metros.
Cuando terminamos la visita a los tres jardines y la Mezquita, lo próximo con lo que nos sorprenden es con un viaje en barca a a través de los lagos de lo que lo único que puedo decir es que es realmente precioso y muy muy relajante. La verdad que para mi es una de esas cosas que nunca pensaría que haría en un sitio tan alejado. Vemos como poco a poco anochece hasta que se hace noche oscura.
Ya de vuelta a la casa – barco, nuestro guía nos vuelve a sorprender, pero es este caso con una cena riquísima en su propia casa. No cenamos nada mal, arroz, pollo, verduras, pan de cachemira y para terminar otra vez té.
Cuando terminamos, nos entretenemos contando historias, pero este caso sin alcohol, ya que en están en Ramadam y a parte de no haber nada de bebida, estamos escuchando constantemente los rezos ya que los ponen por megafonía para que se escuche en toda la ciudad ( vamos, como las misas de cualquier pueblo de España ).
Ha sido un primer día que ha ido de sorpresa en sorpresa y en el que ninguno nos esperábamos algo como esto. Todo prácticamente perfecto y en el que hay que dar la enhorabuena a Sergio y Aida que fueron los que se lo curraron todo y a nuestro nuevo acompañante, Victor, que a parte de ser el futuro Presidente de España, también ha sido partícipe de lo que estamos viviendo.
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