Everything that has a beginning has an end

De repente nos encontramos en nuestro último día en la India después de dos semanas de recorrido. El tiempo pasa tan rápido, que cuando recordamos nuestra llegada el primer día, y las sensaciones que teníamos, nos parece que fue hace meses. Lo mismo nos sucede cuando empezamos a ver la gran cantidad de fotos acumuladas. Cuando vemos las de los primeros días, nos parece imposible recordar que sólo fue hace 14 días ...

En fin, suceden tantas cosas en tan breves espacios de tiempo, que seguramente no valoremos todo lo que hemos visto, y no nos daremos cuenta del viaje que hemos hecho hasta que dentro de unos días estemos tranquilamente sentados en nuestro sillón y empecemos a recordarlo.

Para este úlitmo día, nos espera lo típico: compras y poco más ... nos despertamos tranquilamente y sin muchas prisas, y nos dirijimos al mercado Food and Craft Bazar. Este es un mercado totamente distinto a todos los demás, ya que es un mercadillo para turistas en el que la entrada cuesta 20 rupias y en el que se va mucho más tranquilo ya que no hay acumulación de personas ni gente intentando vender cualquier cosa en cualquier momento.

Tras hacer unas compras, nos vamos a comer, donde quedamos coon Aida, para irnos posteriormente a otro mercadillo. Este sí es ya el mercadillo típico, en el que te encuentras rodeado por personas y algún que otro empujón ... La verdad, tampoco nos encontramos con muchas ganas, por lo que al cabo de poco más de una hora decidimos volver a casa.







Para terminar, vamos a por los trajes a medida que nos hicimos el primer día y volvemos a casa de Aida y Sergio a cenar y preparar nuestras maletas, que a las 5 de la mañana nos tenemos que levantar para ir al aeropuerto y volver a Madrid.

Han sido dos semanas que dificilmente olvidaremos, tanto por el viaje, como por las personas que hemos conocido, las que hemos ido y los anfitriones ...

Ver como nos desenvolvemos estos últimos días negociando con los conductores de los rickshaws, regateando en las tiendas, cogiendo el metro ( que en España es de los más habitual , pero en la India es para valientes ), siendo capaces de ir a los mercadillos por nuestra cuenta, comprar cerveza ... y recordar los primeros días en los que todo nos parecía imposible seguramente es motivo para sentirnos orgullos de lo que hemos hecho y lo bien que nos hemos adaptado.



La compañia ha sido excepcional, tanto la real ( Carmen, borja y Antonio ), como la virtual. Con respecto a la real, simplemente decir que ha sido un auténtico placer, siempre con buen rollo y habiendo acabado sin vocizanos que era algo impensable al cominezo de viaje. Y con respecto a la virtual ( vaporosa ), decir que siempre ha estado ahí para amenizarnos el viaje ya que ha sido como viajar con uno más.

También por las personas conocidas, sobre todo los compañeros de piso de Aida y Sergio, Victor y Martín, que han aguantado que les ocupemos el salón de su casa durante varios días.

Y sobre todo por Aida y Sergio. Pero en este caso, se merecen una entrada para ellos solos.