miércoles, 10 de agosto de 2011

Patan and Bhaktapur ...

Después de nuestra primera jornada en Kathmandu, destinamos el segundo día a visitar Patan y Bhaktapur, que dicho así parecen dos personajes de dibujos animados, pero que en realidad son dos ciudades cercanas a la capital.

La primera ciudad que visitamos es Patan. Está a solo cinco kilómetros de Kathmandú, aunque el tráfico parece que sean veinte. Además es la capital del distrito de Lalitpur y una ciudad de monumentos budistas e hinduistas.

Al llegar allí la sensación que te llevas, y dicho por Borja muy acertadamente, es que es un Kathmandú en pequeñito. También tiene su plaza de Durbar Square y el Templo de Oro al que decidimos no entrar. Tampoco es una ciudad que tiene mucho más que contar, por lo que nos vamos, aunque antes de llegar a la furgoneta del guía, nos encontramos a una mujer que nos intenta vender unos bolsos propios del lugar por 2.000 euros y según ella baratos.


















Vamos a nuestro segundo destino en Bhaktapur. Es una ciudad que nada más entrar te hace sentir que estás en un sitio distinto, lo que hace que a pesar de lo caro de la entrada ( 1.100 rupias por persona) merezca la pena pagar por visitarla.

Nos recibe un calor que abrasador que nos hace plantearnos que hacemos allí, pero afortunadamente, al ver la plaza principal todos volvemos a saber porque hemos venido hasta aquí.

La ciudad tiene un misticismo especial con minitemplos, sitios para rezar en los que hay que entrar descalzo, y varios templos en el que cada cual tiene su propia historia ( el templo de vatsale, templo de nyatapola, que es el más famoso de Nepal ...) .

Hay que destacar el especial atractivo de andar por estas calles tan estrechas y llenas de color que parecen más un mercadillo viviente que las calles de una ciudad tan importante como centro religioso.

A mediodía paramos para comer y tomar algo de beber, y una vez terminada esta fase tan importante del día cogemos la furgoneta de vuelta a Kathmandu, donde nuestro guía Gokul nos ameniza el viaje con historias de su vida ... y menudas historias ...
































Una vez de vuelta en el hotel decidimos salir a dar una vuelta por las calles de Kathmandu, donde hacemos un curso acelerado de como regatear para comprar cualquier cosa.

Ya de vuelta en el hotel, habiendo cenado, y mientras Carmen y Borja se van a la habitación porque están cansados, Antonio y yo decidimos hacernos los machitos y salir a las 12 de la noche para dar una vuelta por las calles de la ciudad. Lo que nos encontramos al llegar a la puerta del hotel es a un grupo de 6 ó 7 perros que se ponen a gruñir en cuanto nos ven. Como consecuencia de ello, decidimos quedarnos a una distancia prudencial, cuando de repente vemos al guardia de seguridad del hotel salir corriendo con un palo para espantar a los perros ... evidentemente la cara de Antonio y mía era para hacerle una foto. Cuando comprobamos que la calle está libre de perros callejeros y salimos a la misma, decidimos volver al hotel ya que las calles están a oscuras, no hay nada de luz y todas las tiendas están apagadas.

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